EL FIN DE LA LIBERTAD: EL PARTIDO COMUNISTA ÚNICO DE CUBA CUMPLE 58 AÑOS DE FUNDADO
El fin de la libertad: el Partido Comunista único de Cuba cumple 58 años de fundado. El 3 de octubre de 1965, Fidel Castro declaró oficial su dictadura sobre la isla. La declaración del “carácter socialista” del proceso político que encabezaba, fue la primera gran señal de su traición definitiva a casi todos sus aliados en su guerra contra las fuerzas de Fulgencio Batista.
La Revolución ya no era “más verde que las palmas”, sino roja como la sangre que los fusilamientos de La Cabaña había derramado generosamente desde los mismos inicios de 1959, y la que regaba los campos forzados de las UMAP en Camagüey. El Partido Comunista de Cuba, PCC, consolidó la operación totalizadora iniciada poco tiempo antes con la fundación en 1961 de las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas), que fue el primer paso para fundir los grupos e iniciativas anti batistianas preexistentes, como, el Directorio Revolucionario 13 de marzo, el Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular.
Todas estas instancias se fundieron en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, fundado en 1962 como precursor directo del PCC. Ya entonces se “le veía venir” sin mucho disimulo. Castro no podía permitir más mando en Cuba que su mando único, ni más partido que el que respondiera directamente a él y a su nueva metrópoli soviética.
Un día después, el 4 de octubre, terminó de morir la libertad de expresión en Cuba, pues desaparecieron también los últimos restos de prensa independiente. Los periódicos Hoy y Revolución se fusionaron en el diario Granma, órgano oficial del Partido. Quedaba un cabo suelto: el periódico El Mundo, que tras incendiarse “accidentalmente” pocos años después, “cedió” en 1969 su cuota de papel a las tiradas millonarias del Granma.
El Partido solo ha tenido tres secretarios en estos 58 años: Fidel Castro, luego su hermano Raúl, y ahora Miguel Díaz-Canel, que cumple las órdenes directas del segundo.
Según el discurso oficial, el Partido es imprescindible para la “continuidad” de la Revolución, máscara bajo la que se trata aun de ocultar el régimen totalitario. Nada está por encima de esta organización, excepto Raúl Castro, su familia y su junta de generales más allegados. Ni siquiera la Constitución de la República, que funciona como un conjunto de decretos del Partido. Mucho menos el Parlamento, que solo se dedica a asentir con total obediencia ante los mandatos de este.
El Partido es la organización más poderosa en Cuba, y es de un carácter anti popular inmenso. Su forma de mando es vertical, indiscutible, absoluta, autoritaria. Se apoya en las fuerzas armadas, la policía y los órganos de la Seguridad del Estado para continuar en el poder, dispuesto a hacer hasta lo inimaginable para no ceder.
