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FITO PÁEZ, EL GRAN (Y ÚNICO) ALIADO DE LOS CINEASTAS CUBANOS Y SU ASAMBLEA

Fito Páez, el gran (y único) aliado de los cineastas cubanos y su asamblea. Mientras cineastas latinoamericanos como el boliviano Kiro Russo se prestan a participar en la circense y oficialista Mesa Redonda, para coquetear con su tenebroso conductor y con la más terrible dictadura cubana, el cantautor argentino Fito Páez dedica a la Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) el concierto de clausura del tour “El amor 30 años después del amor”, en el Estadio Universitario de La Plata, en Buenos Aires.

El 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, recién concluido, fue una de las tantas declaraciones de guerra abierta de los funcionarios esbirros del Ministerio de Cultura (MINCULT) y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) contra los cineastas cubanos que desde la ACC buscan reivindicar el derecho a la libre expresión, sin la cual ninguna manifestación artística es realmente posible.

El nombramiento del represor extremista Alexis Triana como presidente del ICAIC, el silencio ilegal de Miguel Díaz-Canel ante la misiva oficial que le enviara la Asamblea (a la que por ley tenía que responder en un plazo de 30 días), más la censura de los documentales “Llamadas desde Moscú” de Luis Alejandro Yero y “La Habana de Fito” de Juan Pin Vilar, quedando excluidos del Festival, son las paletadas de tierra con que los viejos enterradores de la comarca tratan de sepultar esta iniciativa cívica.

Todo comenzó (o mejor, recomenzó) con la transmisión ilegal en junio pasado del documental de Vilar, en la televisión cubana con el objetivo de desprestigiarlo a él y de paso a Fito Páez, gran protagonista de la película, en la que ponía en duda uno de los grandes mitos del régimen: la “muerte accidental” del Comandante Camilo Cienfuegos. Igual que poco tiempo antes el documental Veritas de Eliécer Jiménez había discutido con la versión castrista de la invasión de Playa Girón.

Todo con la abierta complicidad de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba materializada en la presencia de dos de sus vicepresidentes, los voceros Magda Resik y Pedro de la Hoz, en el programa orquestado para “aclarar” los “errores” del documental.

La soberbia oficialista de todos los personajes de tercera (glorificados por su lealtad al régimen) implicados en la campaña de descrédito y asesinato de reputación, los hizo calificar de “confundido” a Fito Páez, identificado como simpatizante, hasta el momento, del oficialismo cubano. Sus múltiples conciertos realizados en Cuba dan fe de ello. Pero no permitió que esta gota desbordara el vaso.

A la par de la formación de la ACC, segunda parte de la primera organización de realizadores articulada hace alrededor de una década (que terminó con la intervención de un grupo de gorilas de la Seguridad del Estado liderados por el ex presidente del ICAIC Ramón Samada), Fito Páez mantuvo una coherente defensa de la película de Juan Pin Vilar y sobre todo de sus criterios.

En una entrevista que le realizara el medio independiente El Toque, rechazó todos los argumentos del oficialismo cultural cubano, y calificó de infantil sus acciones. Pues llegaron incluso a enviar al vice ministro Fernando León Jacomino a intentar entrevistarse con el cantautor en su casa en Argentina. Esta serena pero contundente intervención selló los argumentos de los oscuros funcionarios.

El 14 de diciembre pasado, en una breve transmisión directa por Facebook, Páez volvió a lanzar un contundente mensaje a los censores de la dictadura, a propósito de la jugarreta que tuvo al Festival como instrumento.

“Las expresiones no admiten censura, es imposible, no la toleran. Es algo ligado a la naturaleza humana. Son imposibles de cercenar, de domesticar. Entonces, esto que lo entienda quien lo entienda”, aseveró el artista en su mensaje. “Todo mi amor y mi apoyo a la Asamblea de Cineastas que está dando esta pelea tan noble y maravillosa en este momento tan difícil de Cuba, defendiendo sus valores, sus verdades, y defendiendo la libertad, en definitiva, que es: quiero contar lo que quiero, como quiero y como puedo, también. En el sentido de que hacemos cine muchas veces de la manera más precaria, pero no importa. Cuando hay una idea y hay algo para contar, allí está el cine. Para dejar testimonio de la manera que sea, y ustedes son los héroes de esta semana, de esta época, defendiendo con uñas y dientes lo que hay que defender: la libertad adentro de la expresión humana. Alguien tiene que mantener la salvajura y nos toca a nosotros. Me incluyo en la tarea, por supuesto”, dijo y selló su intervención con un beso para todos los cineastas cubanos dignos.

Como broche de oro, por ahora, a su consecuente campaña personal de apoyo a la ACC, Páez le dedicó su música a voz en cuello, ante miles de espectadores, al final de su concierto de cierre de su gira. El amor después del amor. La libertad después de la libertad. Gracias, Fito…

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ASAMBLEA INDEPENDIENTE DE CINEASTAS CUBANOS ENVÍA CARTA OFICIAL A DÍAZ-CANEL

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