JULIO ANTONIO FERNÁNDEZ ESTRADA: “LA CARTA MAGNA DE 2019 HA ENVEJECIDO DE GOLPE DELANTE DE NUESTROS OJOS”
Julio Antonio Fernández Estrada: “La Carta Magna de 2019 ha envejecido de golpe delante de nuestros ojos”. Casi nadie se ha percatado que la Constitución de la República de Cuba cumple su primer lustro de entrada en vigencia. Entre tanta pandemia, miseria, represión, autoritarismo y exilio masivo, parece que la isla incluso carece de un documento tan importante, pero ninguneado por el voluntarismo del Partido Comunista único y los caprichos del nonagenario Raúl Castro y sus servidores. El jurista Julio Fernández Estrada, odiado por la dictadura, se encarga de recordar que la Constitución existe pero que “ha envejecido de golpe delante de nuestros ojos”.
En un artículo publicado en la plataforma “CubaxCuba. Laboratorio de pensamiento Cívico”, el prestigioso especialista comenta a propósito de que el próximo 24 de febrero se cumple el lustro exacto de la implementación del documento, que no existe la más mínima posibilidad de que esta se sostenga “con legitimidad ante la crisis económica, política y social, en general, que sufre nuestro país. No es una constitución para la protección de la ciudadanía sino para la protección de los intereses estatales, partidistas y de la administración pública”.
“Cualquier ordenamiento jurídico en el mundo está pensado para eso, pero la propia constitución y las leyes deben limitar el ejercicio del poder político y otros poderes fácticos, del Estado y fuera del Estado, para que sea más difícil la instauración de la tiranía y poder controlar las tentaciones dictatoriales con las que lidia todo poder estatal en su funcionamiento cotidiano”, refiere el también profesor, concluyendo que la Constitución de 2019 “no logra este objetivo básico de cualquier ley de leyes, y los hechos políticos, económicos y sociales en Cuba lo han demostrado desde 2020.”
La Pandemia y su torpe manejo por parte de un régimen que había descuidado durante décadas la Salud Pública, las desastrosas medidas económicas que desataron la inflación galopante que ahoga a casi el 95% de la ciudadanía, el exilio masivo resultante, la represión brutal a todas las expresiones de descontento cívico, el voluntarismo caprichoso y anti popular de los funcionarios en el poder, la pantomima que es el acrítico y asertivo Parlamento cubano. Todo eso son paletadas de tierra que han garantizado el entierro prematuro de la Constitución.
Por eso Fernández Estrada afirma que esta “ha envejecido de golpe delante de nuestros ojos” pues aunque “apenas un lustro, pero en realidad lleva sobre ella la carga de décadas de autoritarismo y totalitarismo y es incapaz, desde ella misma, de responder a los problemas y aspiraciones del pueblo cubano”.
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