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NO ENCIENDAN EL TELEVISOR A LAS 12:00 DE LA NOCHE DEL 31 DE DICIEMBRE

NO ENCIENDAN EL TELEVISOR A LAS 12:00 DE LA NOCHE DEL 31 DE DICIEMBRE
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No enciendan el televisor a las 12:00 de la noche del 31 de diciembre… A las 12:00 de la noche del 31 de diciembre de 2023, nuevamente los canales de la televisión oficialista cubana se encadenarán (más aun de lo acostumbrado) para transmitir un homenaje aburrido al régimen, a su artífice muerto Fidel Castro, y quizás un mensaje del sátrapa Miguel Díaz-Canel grabado semanas antes y recontra revisado por su jefe superior Raúl Castro y sus otros generales y parientes.

Empezar así el año nuevo, mirando los ojos muertos del pseudo-presidente, y escuchando las notas de un Himno Nacional secuestrado por la dictadura para sumarlo a su hegemónico y maltrecho arsenal simbólico, es un signo de mala suerte. Aunque en Cuba hay peores maneras de empezar el año nuevo: con hambre, sin techo seguro sobre las cabezas, sin electricidad, sin dinero, sin esperanza.

Así comenzarán el 2024 gran parte de los cubanos que residen aún en la isla, la mayoría varados sin poder emigrar aún, condenados a hundirse junto con los pésimos capitanes que han comandado este barco desde 1959 y su torpe tripulación.

Entre los tartamudeos televisivos de Díaz-Canel se adivinarán patéticas referencias a la esperanza, solicitudes nebulosas de resistencia, alucinaciones de futuro, y claro, no faltarán otras palabras fatales como revolución y Fidel.

El “videoclip” patriotero de turno, editado con torpeza, falta de imaginación y mala gana en los estudios de las FAR o del MININT, empalmará aburridas imágenes de militares jugando a la guerra para entretener a Raúl Castro, par de fotos pixeladas del Cuartel Moncada, las grabaciones de la entrada de Fidel Castro en La Habana el 8 de enero de 1959, algunas que otras imágenes del pobre José Martí y otros próceres independentistas.


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Muchos cubanos mirarán esta transmisión como quien mira a una mosca, resignados a que “es lo que hay”, es con lo que se ha vivido. Otros ni prenderán el televisor, otros quizás se molesten por tener que ver “más de lo mismo”. Porque el régimen cubano no ha dejado de ser “más de lo mismo” cada vez más. Un poder totalitario, represivo y policial que se escuda tras una leve capa ideológica, ya incoherente.

Porque lo que se repite muchas veces termina perdiendo el sentido por completo, y solo vale el hambre y los golpes. Son lo mismo pero duelen y matan. Mientras los discursillos vacíos solo aburren y puede que asesinen alguna que otra neurona.

Esta politización del Fin de Año y del Año Nuevo es solo uno de tantos secuestros que perpetró el engendro dictatorial parido por Fidel Castro, quien trató de borrar la historia y el resto del mundo de la mente del pueblo cubano. El 1ro. de enero ya no se celebraría más el nuevo año, las esperanzas y proyectos que trae consigo, sino el triunfo de la revolución castrista, la invasión barbuda, las nubosidad verde olivo que no ha dejado ver bien el sol desde la isla desde entonces. No hay tiempo para celebrar en familia sino adorar en masa al dios-régimen inventado por el abogado biranense. Todo lo demás es diversionismo ideológico, sacrificio, hambre…y ropajes silenciosos.

Cubanos, no enciendan el televisor en Cuba a las 12:00 de la noche del 31 de diciembre. No dejen que Fidel y Díaz-Canel entren en sus casas y les agrien la poca alegría que puedan tener en ese momento. Celebren Fin de Año y el Año Nuevo, y no el terrible capricho de un loco y sus cómplices.

RECUERDAN AL DICTADOR FIDEL CASTRO EN NOCHEBUENA SIN MENCIONAR LA PROHIBICIÓN QUE IMPUSO SOBRE LA NAVIDAD

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