A 113 AÑOS DEL NATALICIO DE MARIO BAUZÁ, PADRE DEL JAZZ AFROCUBANO
A 113 años del natalicio de Mario Bauzá, padre del jazz afrocubano. Un 28 de abril como hoy, pero de 1911, nace en el barrio de Cayo Hueso, en La Habana, Prudencio Mario Bauzá Cárdenas, más conocido en el mundo musical cubano como Mario Bauzá, célebre saxofonista, clarinetista, trompetista, compositor y arreglista de notable influencia en la consolidación del conocido como “jazz afrocubano”, por su experimentación con la mezcla de sonoridades tan criollas como el son montuno con el sonido de las bandas de swing.
Es precisamente a partir de estos aportes que grandes del jazz estadounidense como Dizzy Gillespie y James Moody añaden ritmos afrocubanos a sus temas, desde 1947. Por eso es también conocido como el “arquitecto del jazz afrocubano”.
Según Leonardo Padura Fuentes, Bauzá es el “primer rey del Latin Jazz, el mayor cultor del son cubano en EE.UU y el primer patriarca de la fusión musical luego conocido como Salsa”. Así lo definió en su libro Las caras de la salsa: Una historia oral de la música, en el que incluye una entrevista realizada al músico un año antes de su muerte el 25 de junio de 1993 a la edad de 82 años.
Aunque comenzó su carrera en la Orquesta Filarmónica de La Habana como clarinetista, tras graduarse en el Conservatorio Municipal de La Habana, Bauzá escuchó durante un viaje a Nueva York, en 1926 a Frankie Trumbauer tocando Rhapsody in Blue al saxofón, y su vida remontó para siempre el sendero del jazz. Entonces había viajado a esa ciudad como integrante de la orquesta de del pianista Antonio María Romeu. A inicios de la década del 30 decide residir en EE.UU, para hacer carrera en este género.
Reside en Harlem, en casa de su primo, el también trompetista René Endreira. Comenzó tocando el saxo en fiestas privadas acompañado por el pianista Luckey Roberts y colaboró con las orquestas de Cass Carr, Noble Sissle y Sam Wooding. Ya en 1933 se estrena como primera trompeta de la orquesta de Chick Webb, terminando como director musical de esta agrupación. Luego trabajó junto a Don Redman, y Fletcher Henderson, hasta que se unió a la banda de Cab Calloway. A este conjunto, Bauzá incorporó poco después al entonces muy joven trompetista Dizzie Gillespie.
En 1940 debuta con el grupo Afro-Cubans, junto a Francisco Raúl Gutiérrez Grillo “Machito”, con los que se presentó durante unos 4 años en el club neoyorquino La conga, desempeñándose como director artístico, arreglista y contratante de músicos. Este trabajo se mantendría durante más de 35 años en lo adelante y dejaría un legado de unos 500 arreglos musicales.
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Según explica el sitio especializado clásica.latinastereo.com, Bauzá “consiguió un equilibrio musical entre la corriente del jazz —basada en los trombones, saxofones y trompetas— y la música cubana —con la percusión, especial las congas— al escribir arreglos para las secciones de vientos y ritmos. El trabajo conjunto de Bauzá y Machito en los Afro-Cubans logró fusionar la música afrocubana con el jazz, pero sin que la fusión llevara a que se desvirtuara la esencia de los impulsos rítmicos propios de ambos estilos”. Además de Gillespie, su estilo influenciará a otros importantes músicos como Charlie Parker, Flip Phillips y Cannonball Adderly.
Su tema “Tanga”, lanzado en el fonograma Bucabu de 1947, determina un antes y un después para el jazz. Fue seguido por éxitos como “Mambo Inn”, en colaboración con Grace Sampson y Bobby Woodlen, que lo terminó de consolidar como uno de los grandes innovadores de que se conocerá luego como jazz afrocubano. Luego vendrían los también antológicos “Sopa de pichón” y “Tingo-talango”.
https://youtu.be/xVYPWtdncBU?si=Qmq5o9SH0WcuvxaG
