CARTA 12 A DÍAZ-CANEL POR: LEOPOLDO ÁVILA JR.
Carta 12 a Díaz-Canel
Por: Leopoldo Ávila Jr.
¿Hay temporada cirquera por el fin de año? Porque veo varias carpas abiertas llenas de payasos políticos. Congreso de la UPEC, congreso de la AHS: una programación especial para toda la familia. Casi parece que es verano. Y dentro de poco seguro viene el circo de la Asamblea Nacional. El problema es que tus elencos son numerosos pero un poco monótonos.
No hay malabaristas, ni equilibristas, ni traga espadas, ni traga fuegos, ni magos. Solo payasos y focas amaestradas que solo dominan una habilidad: aplaudir. Y los payasos tienen repertorios limitados. Cada vez que toman la palabra, dicen casi lo mismo. Comienzan manifestando su eterna fidelidad a un muerto y luego alaban a la Revolución como el único camino posible para que el Sistema Solar sobreviva.
Tienes que trabajar en eso. Ya sean los payasos disfrazados de periodistas, los payasos disfrazados de artistas jóvenes, o los payasos disfrazados de diputados, todos dicen los mismos chistes. Y ya dejaron de ser graciosos. Solo son ridículos, patéticos. Las pobres focas, con sus camisas que ya no dan más, también deberían ganarse los pescaditos con algún número diferente que no sea aplaudir al ritmo de la conga “somos continuidad, eh, eh…somos continuidad, eh, eh”.
Ya sé que estás intentando mejorar el Circo Nacional estableciendo colaboraciones y alianzas con circos de otros continentes y con gran experiencia y prestigios en este arte. Los circos ruso y chino son legendarios, con trayectorias artísticas espectaculares y gran prestigio mundial. Pero no te acaban de dar todas las mieles. Las misiones de payasos solidarios que mandan a la isla no entrenan a tus elencos en todos los secretos de sus artes.
Ni cuando tus focas entrenadas y con obesidad mórbida van de gira por esos países, consiguen aprender trucos verdaderamente nuevos y diferentes. Solo siguen aplaudiendo al ritmo de manera continua, por la continuidad. La misma cantaleta.
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Parece que es muy difícil enseñarles trucos nuevos a payasos veteranos y focas viejas. Porque ya casi nadie quiere ser payaso ni foca. Se van de tu isla-circo antes que los puedas captar y arrastrar obligados hasta la arena, pintorrearles las caras o lanzarlos a los tanques oxidados del acuario. Ya no quieren ni aprender los únicos y simples chistes y truquitos que les quieres enseñar.
Los payasos y las focas están envejeciendo y muriendo, y no hay relevo. Todavía hay público cautivo, pero solo miran el triste espectáculo por miedo, mientras están ideando formas de escaparse, legales e ilegales. Ya nadie compra papeletas para tus shows continuos y continuistas. Te estás quedando sin payasos y focas. Si acaso te quedan todavía los tarugos abusadores del MININT, el MINFAR y la Seguridad del Estado. Pero esos no tienen la neurona necesaria para aprenderse los trucos y los chistes que necesitas. Solo saben montar y desmontar la carpa, golpear a los públicos cautivos y si es necesario, matarlos.
Pero sus caras vacías no aguantan el maquillaje, ni sus garras saben aplaudir. Son bestias medio salvajes que pudieran morderte el trasero si te descuidas un día y nos los alimentas bien. Porque estás claro que solo te son fieles por la comida ¿verdad? No te vayas a creer tu propio cuentecito de la continuidad y la Revolución. Eso es agua pasada y bien sucia…
Bueno, ya empieza una nueva función. No te molesto más, las focas y los payasos ya te reclaman con sus aplausos y sus chistes monótonos. Hasta más ver
Leo
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