POETA IAN RODRÍGUEZ A SUS ASALTANTES: “PA’ QUE SEPAN QUE NO ME VOY A CALLAR NI MUERTO”
Poeta Ian Rodríguez a sus asaltantes: “Pa’ que sepan que no me voy a callar ni muerto”. El poeta y promotor cultural cubano Ian Rodríguez ha estado ofreciendo amplios detalles de su recuperación física tras el asalto del que fue víctima durante la madrugada del pasado viernes 26 de enero en los alrededores de la terminal de ómnibus de la ciudad de Santa Clara donde reside, y anunció que “pronto, muy pronto, estaré por mi muro haciendo lo mismitico de siempre”, para “que sepan que no me voy a callar ni muerto”.
Con este último mensaje, el poeta interpela directamente a los asaltantes, dos de los cuales lo atacaron, golpearon, robaron pertenencias muy puntuales y se ensañaron con su boca, diciéndole al oído “Esto es para que te calles, no te dediques a hablar tanta mierda”, según refiere Rodríguez en un detallado post, en el que mencionó como otros dos permanecieron todo el tiempo observando el escarmiento.
Al menos uno de los dos atacantes dominaba las artes marciales y “se esmeró en desequilibrarme (y lo consiguió por el peso de la Mochila que iba cargado de libros para el Evento en Guantánamo)”, apuntó refiriéndose a la Jornada Literaria La isla en peso, a la que se dirigía.
“El otro joven me golpeó todo el tiempo por el pie izquierdo con una tonfa, no de las negras, era de esas color entre gris y cenizo amarillo”, detalla el post del poeta, que cada vez más parece estar hablando de agentes de la Seguridad del Estado. “Terminó, supimos en el hospital, fracturándome 2 dedos”.
Refirió además que “a 10 metros, desde el suelo donde me dejaron tirado pude ver a otro 2 encapuchados (que aprecié no jóvenes, parecían más bien personas más adultas. Los 4 se perdieron hacia una misma esquina y escuché tirarse las puertas y arrancar un auto cuyo sonido sé reconocer perfectamente: era un lada”. Otra pista irrecusable de que se trató de un asalto político por alguna opinión no agradable para el régimen que Ian manifestara en público o en las redes sociales.
Súmese el robo selectivo del que fue víctima el intelectual, al que le dejaron su billetera y sus audífonos que tenía colgados al cuello, pues todo el tiempo estuvieron “exclusivamente interesados en el celular y la mochila”. Perdió así el teléfono móvil, su laptop, discos duros y memorias flash repletos de información personal e intelectual como fotos de sus hijos, sus colecciones de música y animes japoneses, versiones digitales de todos sus libros, y toda su obra inédita.
“Toda mi obra nueva se fue con una golpiza en apenas 10 minutos”, comentó, “y en las memorias flash: toda la labor de la Editorial Reina del Mar y de la revista cultural Ariel. Fotos de mis hijos y de eventos. Y unos 100 poemas que nunca ubiqué en los libros”.
En el post más reciente agradeció a promotoras culturales de Pinar del Río que le ayudaron a recuperar su poemario inédito “Gato muerto sobre alfombra roja, con el que obtuve Mención en el Concurso Hermanos Loynaz en 2021. De ahí son estos textos que voy a compartir pa’ que sepan que no me voy a callar ni muerto”.
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