AUTORIDADES DEL RÉGIMEN COMUNISTA DE CUBA CULPAN A FAMILIA POR EL DESPLOME DEL BALCÓN QUE ACABÓ CON LA VIDA DE 3 NIÑAS EN 2020
Autoridades del régimen comunista de Cuba culpan a familia por el desplome del balcón que acabó con la vida de 3 niñas en 2020. En enero de 2020, un trágico incidente ocurrió cuando un balcón se desplomó en una edificación, causando la muerte de tres niñas de entre 11 y 12 años en la esquina de las calles Águila y Revillagigedo.
La familia que vivía en la edificación donde ocurrió la tragedia ha denunciado que las autoridades del régimen comunista de Cuba los están culpando injustamente de la caída del balcón y les están penalizando con prisión de entre seis y siete años.
Adrián Frómeta González, el denunciante, expresó su frustración al afirmar que se les culpa de derribar el balcón, aunque señala que el trabajo en la edificación fue realizado por organismos estatales, específicamente Servicios de la Construcción (SECONS).
Frómeta González se queja de la falta de supervisión en el trabajo que estaban realizando y sostiene que ahora ellos se han convertido en chivos expiatorios de la tragedia.
La familia ingresó como testigo en el juicio sobre el incidente, pero según su relato, terminaron siendo imputados sin pruebas concluyentes de que alguna acción realizada por ellos haya causado el colapso del balcón.
Frómeta González explica que su participación se limitó a realizar reparaciones menores en la vivienda, como rellenar huecos en el suelo.
El denunciante argumenta que expertos con más de 40 años de experiencia en construcción afirmaron que el balcón se desplomó debido al mismo escombro y a las vibraciones resultantes de la demolición de las paredes superiores, un trabajo que sostienen, fue llevado a cabo por una entidad estatal.
Además, señalan que la edificación tenía más de cien años y carecía de mantenimiento, al igual que muchas otras en la capital.
Regla Isabel Rodríguez, propietaria de la casa y esposa de Frómeta González, afirma que desde 2014 había advertido sobre el mal estado de la edificación a las autoridades, pero según su versión, Vivienda municipal se desentendió de la situación, y fueron el Partido Comunista Cubano (PCC) y Vivienda provincial quienes respondieron, dejando el problema sin resolver y sin atender sus quejas.
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La familia sostiene que se han convertido en víctimas de un proceso injusto y que la acusación carece de pruebas concluyentes.
Rodríguez niega cualquier responsabilidad en la caída del balcón, destacando que la reparación fue realizada por personal del gobierno y que ellos viven en la planta baja, sin ninguna conexión directa con el incidente.
El trágico derrumbe del balcón ocurrió en enero de 2020 cuando las tres niñas volvían a sus casas después de salir de la escuela primaria Quitín Banderas.
Varios vecinos del edificio habían expresado que el colapso fue resultado de negligencias, ya que la demolición del edificio se había iniciado desde la parte trasera sin poner avisos de peligro ni acordonar la zona para prevenir accidentes.
Las víctimas, María Karla Fuentes, Lisnavy Valdés Rodríguez y Rocío García Nápoles, perdieron la vida en el incidente. La comunidad y los vecinos se quejaron de la falta de precauciones durante la demolición, lo que contribuyó al trágico desenlace.
La familia afectada expone que sufre consecuencias emocionales significativas a raíz de las acusaciones injustas, y se comprometen a luchar por su verdad.
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VÍCTIMAS DEL DERRUMBE DE LAMPARILLA 388 SON RECLUIDAS EN LOCAL INHABITABLE DE LA EMPRESA CUBATABACO
