CARTA 29 A MIGUEL DÍAZ-CANEL
Carta 29 a Miguel Díaz-Canel
Por: Leopoldo Ávila Jr.
Entonces, reconociste al fin que chillaste por ayuda al Programa Mundial de Alimentos para mendigarle leche en polvo. Te estás ablandando poquito a poco. Ojalá sigas así y reconozcas que ni tú ni tu régimen funcionan. Por algo se empieza. Mientras que en las tiendas privadas el kilogramo de leche en polvo está a 2500.00 pesos. Y en abundancia. Pero como la mayoría son de parientes de Raúl Castro, de sus generalotes nonagenarios, incluso tuyos o de algunos de tus funcionarios, no te atreves a “nacionalizarlos” en nombre de la niñez cubana.
Ya te limpiaste con las foticos de Fidel Castro cargando niños de hace unos cuantas décadas atrás, disfrazándose con una pañoleta y esas payasadas de político. Ya no “somos felices aquí”, pues ni el vasito de leche que prometió Raúl tienen. Ah, ¿tampoco te acuerdas ya del vasito de Raúl? Claro, la pamela que usaba en los actos oficiales en la Plaza era más ridícula e impresionante, pero también está su estúpida promesa del vasito de leche. Nada. Mentira tras mentira, promesa tras promesa, siglas tras siglas: Mipyme, MLC. Todas inútiles. Absurdas. Formas de retardar lo inevitable. Cuba es un estertor, una convulsión, una agonía, una pataleta de ahorcado.
Pero el ahorcado tiene el cuello muy duro y no se le acaba de partir, y entretanto sigue reprimiendo, sigue expulsando a los cubanos hacia cualquier rincón del mundo menos el propio. Sin preocuparse. Como en Haití. Cientos de cubanos sitiados por la violencia, y tu embajada ni siquiera responde sus llamadas. Mientras que la embajada española cuida de sus ciudadanos, incluidos los que tienen doble ciudadanía. Eso es como orinarle la cara a los mambises, a todos los próceres independentistas. No menos.
España, la antigua metrópoli, se ha convertido en refugio de miles de cubanos, ahorita millones. Tu Revolución ha frustrado hasta la mismísima independencia que costó tanto. La ha convertido en un sinsentido. Ahora todo el que puede se vuelve para España. De nada valieron las cargas al machete, las expediciones, las colectas de los tabaqueros, Martí, Maceo, Gómez…tanto y tantos. Para que poco más de un siglo después, tengan los cubanos que ir a encontrar la libertad a España.
Porque Fidel Castro colonizó a Cuba peor que el peor período de la colonia española. Le mutiló la libertad. Le extirpó la voluntad. Con la ayuda de todos los “voluntarios” que siguieron sus órdenes y han continuado su terrible reinado, cada vez más horroroso. Y entonces, España es una tierra más prometedora, donde la esperanza vuelve a ser una posibilidad discernible. El daño castrista es inconmensurable, irreparable al menos durante los próximos 100 años.
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Tú y tu amo Raúl son un mal que dura más de cien años, y tritura todos los cuerpos, dejándolos sin posibilidad alguna de resistirse. Ya tu Revolución es una plaga de 65 años, un huracán de más de medio siglo que no se mueve de encima de isla y no baja la intensidad. Como la tormenta eterna que parece el ojo del planeta Júpiter. Un ojo rojo e irritado. Así mismo es el castrismo, un ojo sangrante, una llaga infectada resistente a todos los antibióticos, que no se quita ni con el ácido más fuerte. Son una tormenta roja, venenosa, tóxica, muy apestosa y mortal. El verde de sus uniformes no es verde olivo, es el verde del pus más oscuro. Nada de olivo, ni la ramita de olivo que simboliza la paz ni el aceite de oliva que se vende a precios prohibitivos, estratosféricos.
Cuba es una ruina inhabitable por culpa de ustedes, que siguen viviendo en sus mansiones lujosas en medio de los basureros y el hambre de los cubanos. No hay latón de basura que no tenga una o dos personas escarbando a ver si encuentra algo que le atenúe el hambre infinita. Y tú les pasas por al lado en tus autos lujosos, con aire acondicionado, con cristales oscuros. Y las casas en apagón casi perpetuo. El prólogo para el nuevo 11J… pero ya hablaremos de eso en próximas misivas.
Sin más, sin nada…
Leo
