LAS DIFICULTADES DE SER MUJER Y MADRE EN CUBA.
Las dificultades de ser mujer y madre en Cuba. El nuevo ministro de la industria Alimentaria Alberto López Diaz aseguró en conferencia de prensa que con la llegada de un barco de Brasil, “la leche en polvo en el país estará garantizada para los meses de marzo y abril”.
En otra conferencia de prensa un funcionario de la provincia de Guantanamo haciendo un listado de faltantes de insumos médicos al mecionar las almohadillas sanitarias señaló que “el producto ha estado afectado por más de un mes, que le pedimos a las féminas que agarren un poquito de calma porque se van entregando de manera paulatina no va a ser toda de una vez.”
El fucionariado castrista mayormente masculino, no tiene ninguna sensibilidad con las afectaciones de los productos de primera necesidad que escasean en la isla. No hay empatías con sus frías estadísticas porque las más afectadas por la crisis sistémica cubana son las mujeres que se desdoblan como madres, trabajadoras, amas de casas o estudiantes. Ser mujer en Cuba significa ser víctima de violación continua de derechos fundamentales que el Estado no puede proveer.
Yanet de 52 años, su hija Yanisley de 25 y su nieta Leidis de 4 viven solas. Madre e hija son mujeres trabajadoras, pero sus salarios estatales no les alcanza más allá de una semana. “Lo que más me duele es que mi nieta no pueda tomar su leche”, dice, “oírla llorar por la noche pidiendo leche es desgarrador. Ver a mi hija desesperada porque no puede comprarla en las mipymes es una tortura. Me pregunto ¿cómo una mipyme puede comprar leche y el gobierno no tiene dinero para comprarla?”.
Para su hija Yanisley las mujeres sufren la crisis diferente a los hombres. “Nosotras vivimos solas. No tenemos esposos. Somos luchadoras, pero faltan demasiadas cosas. Mira lo de las almohadillas ya perdimos la cuenta de cuando tocan. ¿Cómo ese funcionario dice que tengamos calma?, se ve que él no tiene que lavar paños que es lo que estamos usando, sin jabón, ni detergente. Aquí no hay otras opciones. La menstruación es un tema de las mujeres, lo que comen los niños también. La mayoría de los hombres nos dejan esas cosas a nosotras, así que somos las que sufrimos como resolverlo”.
“Vivimos en una zozobra constante”, dice Yanet. “Ahora tampoco tenemos seguro el pan. Esto parece una comedia. Aparece la leche y se desaparece el pan. No desayunamos, y mal comemos. Da pena los videos de internet de la gente recogiendo alimentos del suelo. Por aquí el carro del aceite botó un buen poco y la gente recogió. Si yo hubiera estado ahí también lo hubiera hecho. La botella de aceite en las mipymes ya está en mil pesos y hasta más”.
¿Y dónde queda la dignidad?, pregunto.
“Los primeros indìgnos son el gobierno de este país que tienen a el pueblo pasando hambre y en apagón. Pasamos más tiempo sin corriente que con ella”, dice Yanisley. “Yo por mi familia recojo aceite del suelo y yogur de la basura. Por no oir a mi hija llorar por la leche me he acostado con un hombre que no me gusta, pero me ayuda a comprarla. Yo para que mi familia coma recojo lo que sea del suelo porque la dignidad no se come”.
NIÑOS SIN LECHE Y MADRES DESESPERADAS, REALIDADES DEL HAMBRE EN CUBA.
