EL RÉGIMEN CASTRISTA MINTIÓ A LOS MÁS DE 250 CUBANOS VARADOS EN HAITÍ Y LOS HA ABANDONADO
El régimen castrista mintió a los más de 250 cubanos varados en Haití y los ha abandonado. La promesa comunicada a finales de marzo por la Embajada de Cuba en Haití de rescatar a los más de 250 cubanos que están sitiados en esa nación caribeña en medio del caos y la violencia callejera, aún no se ha cumplido. Y no hay señales de que en un futuro próximo el régimen castrista garantice a sus ciudadanos un retorno seguro a sus hogares en la isla.
Presas de la desesperación, mientras muchos otros países han extraído de Haití a sus connacionales, los cubanos han roto el silencio y exigen públicamente al sátrapa castro-comunista Miguel Díaz-Canel que los salve de una vez del peligro que amenaza a mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y hasta niños.
“Esto no es para crear un problema político, sino con el objetivo de alzar nuestras voces y ver, señor presidente, si dentro de sus prioridades también entramos nosotros, ciudadanos cubanos que queremos regresar a nuestra patria con vida”, reclamaron algunos de los varados en videos publicados en las redes sociales ante la inacción de la dictadura. Los cubanos están sin dinero, sin recursos para mantenerse en Haití.
El escueto anuncio realizado por la Embajada el pasado 20 de marzo en su cuenta de X refirió esperanzadoramente que “los vuelos de retorno se realizarán hacia dos destinos: Camagüey y Santiago de Cuba. Los pasajeros cubanos de otras provincias serán transportados en ómnibus de Transtur hacia sus lugares de origen”, pero esto no se ha cumplido más de dos semanas después.
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Una semana antes, el Canciller castrista Bruno Rodríguez Parrilla había reconocido que unos 260 cubanos estaban estancados en Haití, cercados por la indetenible ola de violencia que bate sobre el país. Pero esta historia se parece cada vez más a la de los médicos Assel Herrera Correa y Landy Rodríguez Hernández, secuestrados en 2019 en Kenia por el grupo extremista Al-Shabaab, y ahora desaparecidos sin conocimiento alguno de sus integridades físicas y sus paraderos. Lo más seguro es que fueron muertos hace dos meses.
El régimen se desentendió tácitamente de sus esclavos sanitarios, y va camino a ignorar olímpicamente a sus dos centenares y medio de ciudadanos en Haití, a una distancia tan corta que da vergüenza.
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