LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y LA RESPUESTA POLICIAL EN CUBA
La violencia de género y la respuesta policial en Cuba. El 22 de noviembre el Mapa Latinoamericano de Feminicidios (MLF) confirmó a Cuba como el país donde se ha producido el mayor aumento de feminicidios en 2023. En respuesta a este indicador el gobierno cubano anunció que hasta octubre de este año se habían contabilizado 117 femicidios. Los identifica como femicidios sin aportar datos del por qué se escoge este término.
La desprotección de la mujer cubana contra la violencia de género no es reconocida por el gobierno. Las carencias legislativas, desconocimiento y ambigüedades permean el trabajo de las autoridades, a lo que se le suma la profunda crisis económica en la que han sumido al país.
Se ha puesto de manifiesto la sociedad patriarcal y machista cuyas instituciones no están preparadas para la protección y defensa de las mujeres.
Más rápido llega la policía a tapar un cartel o a detener a un opositor que a defender a una mujer abusada.
Yanet Lorenzo, madre de Melani García Lorenzo de 16 años, hizo 22 llamadas telefónicas y se personó en 2 unidades policiales, y no fue suficiente para salvar a su hija, asesinada por su pareja a golpes, el pasado 16 de diciembre. Solo cuando le anunció a las autoridades que estaba muerta, fueron diligentes en acudir al lugar de los hechos. Los recursos policiales tienen prioridades, y la violencia de género no forman parte de estos.
En los 86 casos reconocidos por las organizaciones independientes en 2023, la actuación institucional deja mucho que desear. Mujeres asesinadas dentro de la estación policial, en un centro penitenciario y con reiteradas denuncias archivadas, son las evidencias del fallo de las instituciones cubanas en la protección de las mujeres, niñas y niños.
Son feminicidios porque el estado no ha garantizado leyes integrales contra la violencia de género, por tanto es el gran culpable de esta escalada de violencia, de la cual se exoneran groseramente al usar el término de femicidio.
Por eso, el burdo intento de reconocimiento de 117 femicidios hasta octubre de este año, es una justificación atrasada de un trabajo institucional desacreditado por la falta de transparencia y de recursos, además de exculparse, usando el término femicidio que equipara el asesinato de mujeres al homicidio. Segregan las causales de género obviamente expuestas: estas mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, por ser mujeres. Asesinadas por su género.
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La impactante realidad de los feminicidios en Cuba, que ha pasado del silencio y desconocimiento estadístico a la exposición detallada de los hechos en las redes, en solo 2 años, ha concientizado a la ciudadanía: la violencia de género es un grave problema en el país que sobrepasa a las autoridades carentes de protocolos legislativos para afrontarla.
La prensa independiente destaca la captura del presunto asesino de Melani García Lorenzo. Las 6 horas perdidas que pasó su madre denunciando el caso a las autoridades, le costaron la vida. Y a pesar de este crítico panorama, los medios oficiales en Cuba aseguran que ‘no hay manifestaciones significativas de violencia de género y discriminación contra la mujer’. Sí 86 mujeres asesinadas reconocidas por las plataformas independientes, y las 117 reconocidas por el gobierno no son significativas, entonces para el castrismo las mujeres no valemos nada.
