NICARAGUA ABANDONA OFICIALMENTE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (OEA)
Nicaragua abandona oficialmente la Organización de Estados Americanos (OEA). Este domingo 19 de noviembre, Nicaragua abandonó oficialmente la Organización de los Estados Americanos (OEA), dos años después de que el presidente Daniel Ortega iniciara el proceso en respuesta a las críticas de la OEA sobre las elecciones en las que fue reelegido.
Estados Unidos advirtió al Gobierno de Managua que su salida no exime al país de respetar los derechos humanos y amenazó con imponer nuevas sanciones por la represión contra la población nicaragüense.
En noviembre de 2021, el Gobierno sandinista presentó formalmente la solicitud para abandonar la OEA después de que la Asamblea General descalificara las elecciones presidenciales de ese mismo año.
La Asamblea determinó que las elecciones que aseguraron la reelección de Ortega “no fueron libres, justas ni transparentes” y carecían de “legitimidad democrática”.
Destacó la ausencia de siete potenciales candidatos de la oposición, encarcelados antes de las votaciones.
Nicaragua, miembro fundador de la OEA en 1948, se convierte así en el primer país en abandonar formalmente la organización.
Cuba fue expulsada en 1962, y la pertenencia de Venezuela sigue en disputa, ya que inició el proceso para salir en 2017, pero la OEA no reconoció el Gobierno de Nicolás Maduro.
En su carta de denuncia, Nicaragua acusó a la OEA de violar su propia Carta fundacional sobre la no injerencia en asuntos internos y de estar controlada por Estados Unidos.
Desde las manifestaciones de 2018 contra el Gobierno de Ortega, la OEA aprobó varias resoluciones condenando la represión en Nicaragua.
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Cuatro meses después de la denuncia, el embajador nicaragüense ante la OEA, Arturo McFields, se rebeló contra el Gobierno de Ortega durante una sesión en Washington, denunciando la “dictadura” y exigiendo la liberación de presos políticos.
En respuesta a eso, Ortega destituyó a McFields y expropió las oficinas del organismo en Managua.
McFields opina que Ortega y Murillo están “huyendo” de la OEA porque no están dispuestos a enfrentar la batalla política, diplomática y jurídica.
Además, considera que la salida de Nicaragua evidencia las debilidades de la OEA para controlar las dictaduras del siglo XXI.
Dos semanas antes de la salida, los Estados miembros de la OEA aprobaron una resolución reconociendo que la salida de Nicaragua se consumaría el 19 de noviembre, enfatizando que eso no exime al país de sus obligaciones legales en materia de derechos humanos.
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