RÉGIMEN DICTATORIAL DE NICARAGUA EXPULSA DEL PAÍS AL COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA
Régimen dictatorial de Nicaragua expulsa del país al comité internacional de la Cruz Roja. El régimen dictatorial de Nicaragua encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo expulsó este lunes 18 de diciembre al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) de Nicaragua.
La expulsión se produjo a pedido de las autoridades nicaragüenses, poniendo fin a la misión humanitaria de la organización en el país, según un comunicado de la oficina regional del CICR.
Esta acción ocurrió en medio de denuncias de represalias contra presos políticos, quienes fueron trasladados a celdas de máxima seguridad en la prisión La Modelo como respuesta a una huelga de hambre.
Los presos políticos exigían mejores condiciones de alimentación, respeto a sus horas de descanso, salidas más frecuentes al patio, un trato más humano por parte de los carceleros y el ingreso de material de lectura.
La denuncia incluyó informes de golpizas, destacando que uno de los presos fue “salvajemente golpeado”. El papel del CICR ha sido crucial en cuestiones relacionadas con los presos políticos en Nicaragua, habiendo desempeñado un papel fundamental en la liberación de reos de conciencia en 2019 y solicitado visitas para comprobar el estado de los detenidos en 2021.
La relación entre el CICR y la dictadura de Ortega y Murillo ya estaba tensa, habiendo expulsado previamente al jefe de misión del CICR en marzo de 2022.
El comunicado del CICR contextualiza su expulsión recordando que obtuvieron la autorización de la dictadura nicaragüense en 2018 para abrir una misión humanitaria en el país, centrada en actividades exclusivamente humanitarias.
El trabajo del CICR en Nicaragua se ha centrado en tres áreas principales: apoyo a la Cruz Roja Nicaragüense para restablecer el contacto entre familiares, prevención y atención de consecuencias humanitarias de la privación de la libertad, y formación en derecho internacional humanitario y derechos humanos.
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Sin embargo, este trabajo ya había sido afectado anteriormente cuando el régimen canceló la personería jurídica de la Cruz Roja Nicaragüense en mayo de ese mismo año.
Aunque el comunicado del CICR expresa su disposición para reanudar el diálogo y la acción humanitaria en Nicaragua, defensores de derechos humanos muestran preocupación por la falta de un resquicio institucional para abogar por los más de 90 presos políticos que se encuentran en las prisiones del país.
Estos presos políticos, cuyo número ha ido en aumento, se encuentran en una situación de total desprotección.
El régimen de Ortega y Murillo ha sido criticado por mantener un control totalitario, apresando no solo a opositores políticos, sino también a sacerdotes y académicos.
La preocupación aumenta ante la pérdida del único canal institucional que quedaba en Nicaragua para abogar y velar por los derechos de los presos políticos.
El CICR, a nivel global, trabaja con una finalidad exclusivamente humanitaria, siguiendo los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.
A través de la acción directa y el diálogo confidencial con autoridades y otros interlocutores clave, el CICR busca promover entornos respetuosos de la vida y dignidad humana.
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