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CARTA 03 A DÍAZ CANEL

CARTA 03 A DÍAZ CANEL
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Por: Leopoldo Ávila Jr.

 

Miguel:

Eres el campeón de records históricos muy tristes para Cuba. Son muchos, se resumen en el de ser el peor gobernante de toda su historia conocida, al frente del peor gobierno nacional del que se haya tenido noticia alguna vez. A lo mejor algún cacique taíno o guanahatabey llevó a su tribu al borde de la miseria, pero eso no lo sabemos con certeza.

Entre tus peores deméritos está el incremento anual del número de feminicidios perpetrados en la isla por hombres machistas, misóginos y violentos sobre sus parejas o ex parejas por motivos de género, con no pocas consecuencias fatales para los hijos.

¿Sabes que cuando muere un menor de edad o sale dañado a resultas de un asesinato como este, se le llama “feminicidio vicario”? No creo. Debes estar muy ocupado aprendiéndote los patronímicos de todos los funcionarios rusos a los que tienes que besar las suelas cada día —Vladímirovich es del de Putin, que cumple años en menos de un mes, este 7 de octubre, por si se te ocurre declarar Fiesta Nacional esa fecha.

Hace poco se confirmó el feminicidio número 59. Posiblemente el número sea mucho mayor, pues estas cifras provienen de investigaciones civiles que logran burlar los cercos de silencio que tiende la policía alrededor de todo su trabajo. Se llamaba Yenifer González Jiménez, de solo 21 años. Vivía en Trinidad. La asesinó su pareja en medio de la calle este 4 de septiembre. Dejó huérfana a su hija de 2 años, que crecerá con la certeza de que su padre mató a su madre. ¿Te importa algo eso? En verdad no lo creo.

No te importa el país. No eres un servidor público, sino un servidor de Raúl Castro, un mayoral menor que da la cara, que sirve de blanco de todo el odio y el desprecio que te has ganado del pueblo. Mientras Raúl Castro y sus generalotes nonagenarios aspiran a vivir eternamente, mientras Sandrito Castro hace nada con su vida acomodada y aristocrática, paseándose por los restaurantes más lujosos de La Habana con su novia Laura Daniela.

Estás muy ocupado para lucirte junto a tu esposa que no es primera dama —y que tampoco debe trabajar mucho en su “trabajo”— en la cumbrecita que se viene en unos días, desesperado por lograr más limosnas y contratos que nunca pagarás con los chinos. Y soñando con viajar a Nueva York, pues la Machi debe atormentarte todos los días con sus planes de compra en las boutiques de la 5ta. Avenida. Más zapatos caros apretados, más hojas lujosas para mal envolver el tamal que siempre será tamal aunque se vista de seda.

A ninguno de los dos les importa la agonía de Yenifer, lo último que pensó antes de morir, el miedo que sintió, su llanto final. Es solo algo que sucedió y no llegó a tu buró, que solo está disponible para firmar leyes represoras y para dar órdenes que te da Raúl.

Hasta más ver…

Leo

 

CARTA 02 A DÍAZ-CANEL

 

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Leopoldo Avila Jr.

Leopoldo Avila Jr.

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