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CARTA 32 A DÍAZ-CANEL

CARTA 32 A DÍAZ-CANEL
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Carta 32 a Díaz-Canel Por: Leopoldo Ávila Jr. ¿Qué sientes cuando te enteras que un cubano murió en la guerra de Ucrania? Rectifico la pregunta: ¿Sientes algo? Es lo mismo que cuando se ahogan en el Río Bravo, o se pierden en la selva del Darién, sin que se sepa más de ellos o de sus huesos. Eres especialista en virar la cara. Tu falso doctorado debió haber sido en eso, en mirar hacia otro lado siempre, y agrégale una maestría o un diplomado en tapar el Sol con un dedo.

Fidel se la pasaba nublándole la vista y la vida a los cubanos, ocultándoles el Sol, la Historia y la Realidad. Tú lo haces también, fiel continuista como eres, pero más torpemente, y con dedos muy flacos, incapaces siquiera de vetar un rayito de luz.

Los cubanos ya descubrieron que existe el Sol, el afuera, y sobre todo, la posibilidad de luchar por la felicidad… aunque no lo consigan, pero recuperaron las esperanzas. Siempre afuera, siempre lejos de tí.

Eso hasta les convenía, el problema viene cuando poco a poco (muy poco a poco) se van percatando de que hay que sembrar esperanza en los suelos erosionados de tu isla encadenada. Y salen a sembrar y a cosechar a las calles, esparciendo la semilla del disenso, regándola con gritos, anegando las calles de las ciudades.

Y a tí y a tus subordinados no les queda más remedio que subirse a los techos para no ahogarse entre las olas encrespadas de los ríos de pueblo que toman las calles. Y no ensordecer con las letras del Himno de Bayamo cantado por los bayameses del siglo XXI. Pero ya de eso habíamos conversado.

Regreso a mi pregunta: ¿Qué sientes cuando muere un cubano por escapar de tí, de Raúl y sus fieras de la Seguridad? Creo que preguntas como esta te pueden hacer estallar el pecho, los pulmones y el mismo cerebro se freiría dentro del cráneo. Solo te queda, una vez más, revelar lo antipopular que eres, y seguir dejando que los cubanos se desangren en huecos helados en Ucrania, a donde solos fueron a parar para escapar de tu ola de miseria.


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Le “rendiste” a los esbirros y chivatones de la Seguridad, y de paso expresaste una media verdad: sin la Seguridad ya no tendrías gobierno (eso que llamas Revolución). Incluso si se toma al pie de la letra lo que dijiste, es terrible, pues una supuesta revolución popular, supuestamente apoyada por las mayorías populares, que tenga que depender de la Seguridad, es un fallo. Es out por regla.
Si de la Seguridad depende el sostén de un régimen, estonces estamos hablando de una dictadura impopular, cuyo principal enemigo es su propio pueblo. Para eso hace tiempo ustedes tienen un término: “enemigo interno”. O sea: todo el que no pertenezca a los órganos represivos, a los pretorianos que hacen guardia cerca de la “familia” real castrista, y de sus sátrapas, como tú.

Eres el Poncio Pilatos que nos tocó, pero con las manos bien sucias. No te las lavas, aunque vires la cara ante la muerte y la miseria. Has crucificado a Cuba, pero sin dejarla morir, así no resucita y se te va de las manos. Haces que el pueblo recorra viacrucis diarios, cargando las toneladas de hambre y represión, bebiendo el vinagre de tu régimen y recibiendo los múltiples pinchazos de las lanzas de tus esbirros.

En el calvario cubano no se crucifican ladrones, sino personas honestas y desesperadas. Se les quema con llamas de odio, con órdenes dadas para que el cubano sea lobo del cubano. La orden en verdad está dada desdel el 1ro. de enero de 1959, y no caducará hasta que el último castrista no se esfume de la faz de Cuba. Hasta que tu nariz no se deje de ver en el horizonte, como una vela roñosa.

Pero te vuelvo a preguntar: ¿Significan algo las miles de tumbas sin nombre que se esparcen por el mundo mientras los cubanos huyen? Es un éxodo que dura más de 40 años, para seguir con los símiles bíblicos. Un éxodo que abarca casi todo el planeta, sin Moisés que los guíe, sin maná celestial que los alimente. Sin Tablas de la Ley que los organice. Es un “sálvese quien pueda”. Eso pasa cuando se mata el alma de un país.

Mientras, tu solidaridad, tu aparente dolor, es muy selectivo. Depende del bando en el que estés. Le mandas carne de cañón a Putin, o al menos dejas que reclute sin trabas entre el pueblo cubano, y te desentiendes de eso. Para estos nuevos “internacionalistas” no hay duelo nacional, no hay desfiles, no hay pioneritos recibiendo los restos. Para los incontables muertos y desaparecidos por la emigración, tampoco hay lugar en tu reducida foto de grupo de los cubanos.

Pues así mismo quedarás respecto al cuadro de la Nueva Cuba que en algún momento será pintado por el pueblo libre. Serás solo un boceto fallido, un garabato feo que un niño despreció, un rayón en una pared. Y de eso no te vas a salvar ya. Estás “quemado”, sin retorno.

Sin más…por ahora

Leo


CARTA 31 A DÍAZ-CANEL

Sobre el Autor

Leopoldo Avila Jr.

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