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EL CAFÉ CONTINUARÁ AUSENTE DE LAS BODEGAS CUBANAS, HASTA EL INFINITO Y MÁS ACÁ

EL CAFÉ CONTINUARÁ AUSENTE DE LAS BODEGAS CUBANAS, HASTA EL INFINITO Y MÁS ACÁ
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Desde el mes de mayo del presente año, el café ¡Hola! es el gran ausente de una “canasta básica” cubana que cada vez es más escasa. La desaparición de los acostumbrados “paqueticos” de café mezclado que corresponden a los núcleos familiares cubanos es casi ya una realidad permanente, y las declaraciones recientes de Ricardo René Pérez Pérez, director de la Torrefactora de la provincia de Sanct Spíritus al medio oficial Escambray, casi lo confirman.

El funcionario declaró que no puede “definir una fecha exacta” para el reinicio de la producción de café en su Unidad Empresarial de Base, suspendido desde hace tres meses, “porque desconocemos en qué momento podríamos reiniciar el proceso de fabricación”. 

Solo pudo comprometerse a que cuando reciban la materia prima, se dedicarán a producir el café con la mayor celeridad, aunque esto implique el incremento de turnos de trabajo o la extensión de los establecidos. “El personal de la Torrefactora está dispuesto y en poco tiempo podremos recuperar los atrasos”, añadió el directivo.

Mientras, en las tiendas con ofertas en el MLC inalcanzable para gran parte del pueblo, se comercializan con bastante regularidad marcas cubanas de café como Cubita y Serrano, en precios que oscilan entre 15.00 y 22.00 MLC el kilogramo, así como otras marcas importadas desde Italia y otras naciones. En los establecimientos privados, los paquetes de medio kilogramo de marcas como La Llave o Bustello, se cotizan a 1000.00 pesos cubanos o más. Otros llegan a costar un poco menos, pero nunca por debajo de los 700.00 pesos.

Pérez Pérez declaró además que cuando se agota el grano cubano, se emplea otro importado para producir el ¡Hola!, pero ese también está contradictoriamente en falta. En existencia solo tiene el chícharo con el que se “adultera” el café puro, a veces en proporciones excesivas para reconocerlo como tal. Y subrayó que esta situación crítica no es exclusiva de Sancti Spíritus, sino que afecta a todas las torrefactoras del país y a todas las canastas básicas o “los mandados” de todos los cubanos, de San Antonio a Maisí.

Por fuerza, el café se ha ido retirando de la cotidianidad del cubano, convirtiéndose en privilegio de unos pocos que pueden costear los altos precios en MLC o las cifras de tres ceros que piden los negociantes privados.

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