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FEMINISTAS CUBANAS SOLICITAN ACCESO A REPORTES POLICIALES SOBRE LA MUERTE “EXTRAÑA” DE TANIA REYES EN SANTIAGO DE CUBA

Feministas cubanas solicitan acceso a reportes policiales sobre la muerte “extraña” de Tania Reyes en Santiago de Cuba. La muerte presuntamente “accidental” de Tania Reyes Martínez el pasado miércoles 28 de febrero tras caer del balcón (ubicado en un quinto piso) de su vivienda en la comunidad militar “21 de abril”, localizada en Mangos de Baraguá, Santiago de Cuba, durante la celebración de su propio cumpleaños, fue calificada de imprecisa por las plataformas feministas Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT).

En una declaración conjunta, las activistas refirieron que el deceso de Reyes Martínez sucedió en “extrañas circunstancias”, pues todas “las fuentes consultadas por los observatorios OGAT y YSTCC arrojan elementos imprecisos que impiden determinar si ha sido o no un feminicidio”, así que determinaron acceder al “informe policial” para esclarecer el suceso fatal.
Tras los múltiples comentarios y alarmas que el deceso provocó en las redes sociales, el perfil oficialista de Facebook “Héroes del Moncada” se apresuró inusualmente a defender la inocencia del esposo, que no fue “detenido ni es responsable de nada”.
Según este vocero Tania bajó un momento “a mover el carbón, con el que cocinaba en el patio del edificio y mientras bajaba la escalera, perdió el equilibrio y cayó desde el quinto piso, perdiendo la vida a causa de las lesiones sufridas”.
Según las activistas, “la forma en que murió Tania, supuestamente ʽal caer por las escaleras o del balcónʼ, al parecer en presencia de pareja o expareja, sin otros testigos presenciales se asemeja a otra muerte imprecisa de mujer sucedida el 4 de junio de 2023, la de Yaiden Bodaños Morales, en el barrio El Naranjal, en la ciudad de Matanzas.”
Este otro caso también permanece sin precisar, pero las plataformas conocieron de 6 fuentes primarias, cercanas a la víctima, que Bodaños “ya había sufrido violencias”, que se “hallaba en situación de explotación ilegal” y que “había sido raptada o secuestrada”. La mujer “trabajaba en la industria del sexo” y “sufrió violencias sexuales antes o después del asesinato”. Su cadáver, depositado en un espacio público, presentaba mutilaciones, y era conocido el “odio” y los “prejuicios” que su asesino le profesaba.
YSTCC y OGAT enfatizaron en la incorporación de “indicadores de violencia de género en los protocolos policiales de investigación, en este caso los de muertes ʽviolentasʼ y ʽaccidentalesʼ de mujeres, reconocer la figura de los feminicidios y revisar con este enfoque las llamadas muertes accidentales, que están en aumento en mujeres, según los Anuarios Estadísticos de Salud.”

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