GOBIERNO CUBANO ACUSA A LOS EE.UU DE PROVOCAR UN “FIN DE AÑO SANGRIENTO” EN LA ISLA
Gobierno cubano acusa a los EE.UU de provocar un “fin de año sangriento” en la isla. El recrudecimiento de la crisis infinita que asola a Cuba está a la vuelta de la esquina. Los funcionarios del régimen se quedan sin excusas para la disfuncionalidad que define su gestión en todas las esferas institucionales, y se inventan ríos helados para justificar la escasez de chícharo en los cada vez más raquíticos “mandados” de la bodega. La isla está al borde del apagón definitivo que sumerja al pueblo en la Edad de Piedra, y los alimentos están en peligro de extinción.
Todos saben que se viene otro estallido social, y quizás a la tercera venga la vencida que tanto necesita el país. Lo sabe el pueblo y lo sabe el gobierno, que ya tiene a sus ideólogos y ciberclarias tejiendo nuevas “falacias” y “patrañas” (para emplear términos muy queridos por el discurso propagandístico oficial del régimen) para culpar a sujetos, entidades y factores externos de las venideras manifestaciones multitudinarias.
El medio razonesdecuba.cu, operado por los agentes de la Seguridad del Estado, ya anuncia que los “terroristas radicados en Miami planifican acciones de desestabilización en los últimos meses de 2023” para que el fin de año sea “tétrico”, como si ya la cotidianidad de la isla no lo fuera suficiente, sobrepoblada como está de policías y mendigos.
El artículo que hace estas “revelaciones”, firmado por Vero García, uno de tantos pseudónimos empleados por los oficiales de la policía política cubana, asegura que la organización Fundación Patriótica se reunió el pasado 1ro. de agosto para “organizar acciones armadas” que buscarían “calentar las calles de forma paulatina, hasta llegar al fin de año”, como si las calles no estuvieran lo suficientemente calientes, con cada vez más altas tasas de homicidios, asaltos violentos y feminicidios.
Acusan a Ibrrahum Bosh, del Partido Republicano de Cuba de ser parte cardinal en esta estrategia, que tendría a su disposición “un alijo de fusiles y pistolas de varios modelos, comprados en Centroamérica”, y un presupuesto de 5000.00 USD para “apertrechar a los mercenarios”, regresando el viejo calificativo estrenado cuando la invasión a Playa Girón.
Según los “informantes” que habrían provisto de estos datos a la Seguridad castrista, entre los planes desestabilizadores está previsto “llevar ataques contra la Guardia Costera de Estados Unidos y atribuirle los disparos a las Tropas Guardafronteras cubanas, con el objetivo de causar un problema diplomático entre los dos países”, todo apoyado por una presunta “ofensiva comunicacional” que promovería la “inseguridad y el miedo a través de noticias falsas”.
Aunque el referido artículo de razonesdecuba.cu fue publicado el 5 de octubre pasado, el diario oficialista Granma demoró tres días en citarlo en su editorial “Terroristas estadounidenses pretenden un ʽfin de año sangrientoʼ para Cuba”, quizás por el poco alcance que tiene el medio de la Seguridad, incapaz de volver viral ninguna de sus entradas.
Este texto de Granma podría ser también el segundo round de un amago de “campaña” del régimen que comenzó con el presunto y débil ataque a la Embajada de Cuba en Washington, que cada vez tiene más aires de auto atentado.
