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CUBA Y LA BASURA: EN CADA CUADRA UN MULADAR 

CUBA Y LA BASURA: EN CADA CUADRA UN MULADAR 
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Cuba y la basura: En cada cuadra un muladar. Las grandes y apestosas montañas de basura forman parte del paisaje cotidiano en Cuba. Están más presentes que los CDR o los Consultorios del Médico de la Familia. En cada cuadra…un muladar.

La basura no está racionada, no hay que hacer cola para adquirirla, las moscas también son “por la libre”. El mal olor le da la bienvenida cada mañana a quienes salen a trabajar. Muchas aceras ya están bloqueadas por los grandes montones de detrito que llevan semanas, quizás meses, sin recoger.

Los camiones de la basura ya son rarezas en las calles cubanas. Incluso los carretones que tirados por mulos y caballos funcionaron como alternativa ante la falta de combustible para abastecer al parque automotor de todas las dependencias de la Empresa de Comunales.

A veces se emprenden “ofensivas” contra la basura muy localizadas, en barrios específicos y privilegiados, y las excavadoras mecánicas asaltan las aceras para arrancar de cuajo los muladares que ya han echado raíces. Y de paso se llevan en sus palas dentadas grandes porciones del suelo. Al retirarse estos aguerridos contingentes, quedan grandes zanjas donde antes hubo aceras.

Estos huecos pasarán en poco tiempo a llenarse de agua estancada, convirtiéndose en criaderos ideales para mosquitos y otras plagas, y se irán llenando de basura en los días siguientes. Así, los basureros barriales y espontáneos de Cuba son altos, pero también profundos. Volverán eventualmente las excavadoras, que se llevarán la basura acumulada pero también ahondarán más estas trincheras sucias. Es un círculo vicioso.

El régimen solo atina a decretar tímidamente multas para quienes echen sus basuras en las vías públicas, como si la ciudadanía fuera a acumularla en sus casas. Eso solo lo sueña quien relaciona la falta de chícharos con los ríos canadienses helados. La basura en el hogar es un peligro para la salud, fuera de este, pero a pocos metros de distancia, también es dañina. Para eso existen los servicios de recogida de desechos, y los grandes basureros ubicados a las afueras de los asentamientos humanos.

La culpa no la tienen los que botan basura en la calle, sino de las instituciones que permiten que los latones se llenen y se desborden sin vaciarlos. Luego, los cubanos no tendrán más remedio que tirar sus desperdicios fuera de los recipientes colmados. No se la van a comer.

Cuba está llena de basura. Está flaca por el hambre. Está amordazada por la represión. Está secuestrada por un gobierno que vale menos que la basura que se acumula en las calles.

 

 

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CARTA 04 A DÍAZ-CANEL

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