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LA NORMALIZACIÓN DE LA POBREZA

LA NORMALIZACIÓN DE LA POBREZA
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La normalización de la pobreza. Ya nadie se asombra de ver en Cuba a personas mendicantes sean niños o adultos. Están por todas partes, tirados en suelos de parques y calles, deambulando por las ciudades rogando una ínfima porción de comida o dinero y escarbando en los basurales. Son observados con impasibilidad por transeúntes ensimismados que están ‘luchando’ su alimento diario. La miseria se extiende por el país y el gobierno, de los humildes y para los humildes, se desentiende de ella.
Con un gobierno agotado y sin recursos para atender la creciente población indigente, las ayudas casi siempre provienen de colectas caritativas hechas a través de las redes sociales. Funcionarios gubernamentales ya reconocieron que ‘cada vez es mayor la población vulnerable y ya no dan abasto’ porque no tienen recursos. Así que mientras la prensa estatal sigue haciendo loas a la justicia del sistema socialista, las redes sociales se encargan del trabajo sucio publicando notas de ancianos, jóvenes y niños mendicantes.
El video publicado por el influencer Paparazzi cubano sobre personas recogiendo  yogures en un basural provoca indignación y dolor en los que sentimos amor por nuestra patria. Además de plantear varias interrogantes. ¿Cómo es posible que se deseche el yogur cuando el gobierno lo ha eliminado de la dieta de los niños de 7 a 13 años?, ¿Por qué en un país en hambruna se tomó la decisión de botarlos y no dárselos a la población?, ¿Cómo es posible que hayan dejado echarse a perder el lácteo?
En medio de la debacle económica y existencial del sistema comunista, algunos defenderán que si estaban vencidos, lo lógico era botarlos. Pero en Cuba no se respetan las fechas de caducidad de los productos. Si quiere comprobarlo vaya a una tienda MLC y allí verá varios productos pasados de fecha en los semivacíos anaqueles. La protección del consumidor no es uno de los intereses del castrismo.
Entonces, ¿por qué se desechan productos alimentarios que podrían aliviar la hambruna poblacional?. Es evidente que a pesar de estar en un basurero los recolectores los consideraban todavía actos para su consumo. Ya lo exclamaba un recogedor ‘Se acabó el hambre en la micro. Desayuno yogur, almuerzo yogur, levantate por la madrugada yogur’, en clara referencia a que deben consumirse lo más rápido posible. En buen cubano, no estaban podridos. Y que eso no ocurriera se debe a que los recolectores fueron avisados de esta ‘basura’ desechada por la empresa.
Más allá de estas intuiciones especulativas, la realidad del hambre en Cuba es devastadora y el gobierno no sabe, ni tiene las soluciones para enfrentarla. El pueblo de Cuba podría estar al borde de un desastre humanitario que el gobierno oculta en su afán de mantener a la economía socialista como el modelo adecuado por ‘su equidad social.’
Los niños y adolescentes cubanos no tienen asegurados los productos lácteos que les tocan por la libreta. Los funcionarios de la empresa alimentaria han reconocido que el país no tiene los recursos para comprar leche en el mercado internacional debido a sus costos. La producción nacional alcanza para unos pocos consumidores de las provincias que producen.
Consumir productos lácteos en edades tempranas es importante para el desarrollo de huesos y dientes fuertes, además de proporcionar otros nutrientes para el desarrollo infantil. La carencia del alimento en la dieta de los infantes cubanos repercutirá en su buen desarrollo. Dejar a echarse a perder alimentos en un país en hambruna debería ser juzgado como un crimen de lesa humanidad.

Maricel Nápoles González

Maricel Nápoles González

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