RECONOCIDO CENSOR DEL CINE CUBANO ES NOMBRADO PROGRAMADOR DEL FESTIVAL DE LA HABANA
Reconocido censor del cine cubano es nombrado programador del Festival de La Habana. Roberto Smith de Castro, reconocido censor del cine cubano y de espacios como la Muestra Joven cuando ejerciera el cargo de presidente del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficas (ICAIC) entre los años 2012 y 2017, fue recientemente incluido en el equipo de programadores del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL), luego de los más recientes escándalos de censura sobre las películas La Habana de Fito de Juan Pin Vilar y Llamadas desde Moscú de Luis Alejandro Yero.
El FNCL está actualmente presidido por Tania Delgado Fernández, quien también se desempeñara como funcionaria del ICAIC entre 2002 y 2023, alcanzando el grado de vicepresidenta a cargo del área de relaciones internacionales, por lo que todo indica un reforzamiento del control institucional del Festival, que prácticamente con frecuencia anual es objeto de polémicas por incluir cintas en sus selecciones oficiales que poco después son retiradas por el ICAIC, por indicaciones de la Seguridad del Estado.
Como presidente del ICAIC, Smith de Castro tuvo un papel preponderante en la censura de la película Santa y Andrés de Carlos Lechuga alrededor del año 2016, y todo el terrible despliegue de coerciones, linchamientos simbólicos, asesinatos de reputación emprendido por las instituciones responsabilizadas por la dictadura para reprimir la cultura. Sin contar las coerciones de que fue objeto Lechuga y la productora Claudia Calviño, entonces su pareja, por parte de los esbirros de la Seguridad del Estado.
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Smith también fue protagonista de la censura ejercida sobre la exhibición de la película, aún en proceso, Quiero hacer una película de Yimit Ramírez, en la 17ma. Muestra Joven en 2018. En esa ocasión saboteó la conferencia de prensa preparada por la junta directiva del evento, y la suspendió inconsultamente, generando una gran ola polémica, resultante en muy encendidos debates intelectuales y presiones oficialistas sobre la familia del realizador, quien no se hallaba en Cuba entonces.
A la larga, este último escándalo determinó la destitución de Smith, quien continuó laborando en el ICAIC, esta vez como director de la extinta revista Cine Cubano, como una especie de premio de consolación. Luego fue nuevamente ascendido a Jefe de Comunicaciones y Vicepresidente. Participó además en las primeras reuniones con la Asamblea de Cineastas Cubanos, en las que fue escogido como interlocutor por la Vice primera ministra Inés María Chapman Waugh para responder las cartas remitidas a ella por la entidad independiente, y así evitar reconocer la legitimidad de esta.
Ahora, como programador del Festival de Cine de La Habana, velará de seguro porque ninguna película “problemática” que no sea del agrado del régimen castrista, clasifique en las programaciones oficiales del evento, aumentando más aún la astronómica cifra de títulos cubanos no estrenados en cines de la isla.
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