TRIBUNALES Y POLICÍA CUBANOS PROTEGEN A UN “CHIVATO” CULPABLE DE FEMINICIDIO DE UNA MENOR DE EDAD EN UNA ESTACIÓN POLICIAL EN NUEVITAS
Tribunales y policía cubanos protegen a un “chivato” culpable de feminicidio de una menor de edad en una estación policial en Nuevitas. “La dejaron matar”, declaró Antonio Bacallao, padre de la adolescente Leidy Bacallao, de 17 años, que el 4 febrero de este año fue asesinada a machetazos por Elesván Hidalgo, de 50 años, justo en el interior de una estación de policía del municipio camagüeyano de Nuevitas, sin que los oficiales hicieran poco o nada por evitar el feminicidio.
Bacallao, residente en EE.UU, viajó a Cuba para asistir al juicio contra Hidalgo celebrado en un tribunal de la provincia a inicios de este mes de diciembre, y declaró al periodista Mario Vallejo, de la cadena Univisión, que quedó decepcionado. “Vine destrozado, vine muerto en vida”, le describió su regreso al país norteamericano.
Perseguida por el agresor, Leidy corrió hasta la estación policial en busca de auxilio, pero contrario a toda lógica, los oficiales permitieron que Elesván Hidalgo entrara en el lugar y provocara “diez heridas mortales”, según comentó Antonio.
“La niña estaba dentro de la unidad de la policía. Los policías salieron huyendo y le dio la primera puñalada. Ella se metió dentro de la policía… Hay unos instructores de Criminalística que dijeron que ella había batallado en toda la unidad de la policía, intentando salvarse, huyendo”, detalló el padre, quien considera que no se le hizo justicia a su hija ni en ese momento ni ahora.
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Aseguró a Vallejo que durante el propio juicio quedó demostrado que el feminicida, con gran historial criminal, era informante (chivato) de los propios policías que le permitieron penetrar en la estación para que cumpliera con su terrible propósito, además de mantener relaciones de amistad con varios de ellos.
Antonio Bacallao reveló que Hidalgo filtraba a los agentes “todas las salidas ilegales” que se planificaban por la costa de Nuevitas, uno de las zonas más importantes para la emigración por mar en Cuba desde hace más de 30 años, “y al final a todo el mundo los cogían preso y a él nunca le hicieron nada”, añadió.
Su hija fue ultrajada hasta después de muerta, lamentó el padre, y detalló en la entrevista que “a la niña la dejaron muerta en el suelo. Auxiliaron al asesino, lo metieron para adentro. Lo llevaron en una ambulancia y a la niña la recogieron los muchachos, los amiguitos de ella la montaron en una motorina y la llevaron muerta para el hospital”.
