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CARTA 21 A MIGUEL DÍAZ-CANEL POR: LEOPOLDO ÁVILA JR.

CARTA 21 A MIGUEL DÍAZ-CANEL POR: LEOPOLDO ÁVILA JR.
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Carta 22 a Miguel Díaz-Canel. Por: Leopoldo Ávila Jr.. Sin dudas tienes suerte. Acabas de subir el precio de la gasolina al 500 % y no ha pasado nada. En otros países que no son Cuba esas locuras cuestan elecciones, cargos y hasta vidas. En una isla dispuesta a resolver sus problemas en vez de escapar hacia cualquier lado del mundo, nada más sacabas en la mesa redonda el Power Point prehistórico ese con los nuevos y abusivos precios de la gasolina, y tenías a todo el pueblo en pie de guerra.

Pero aquí…aquí todos empezaron a pensar cuánto más van a costar los transportes particulares. Los dueños de empresas privadas o semi privadas de transporte empezaron a sacar cuentas, para establecer las nuevas tarifas, que serán más y más impagables para la mayoría del pueblo.

Otros empezaron a sondear a los funcionarios corruptibles (todos lo son) para poder “sacar” gasolina en dólares, pues está claro que la gasolina por MN será más inaccesible que Dios. Eso es pura hojarasca, como lo fue el canje del dólar a 24.00 x 1 cuando empezaste a desordenar más aun lo desordenado por Fidel Castro. O como tu mentirilla de que “nadie quedará desamparado”… más bien, “nadie quedará amparado”, lo que en ese momento tuviste uno de tantos errores de dicción y te salió desamparado por amparado.

Porque cada vez menos personas están amparadas en Cuba. Cuba no tiene amparo. Los únicos afortunados son los que caben bajo las charreteras de los generales, los que comen carnes de avestruz  en sus mesas, los que llevan sus ADN en las venas. Cuídate, que tú no eres “ni ariente ni pariente”, así que en el avión final es muy poco probable que haya un asiento con tu nombre.

Cuba está desamparada, y ya ni siente los “sablazos” (para usar el término de ese prodigio de la oratoria que es Marrero) que no cesas de darle tú y tus ineptos subordinados. El mayoral Raúl ordena dar sablazos y tú te encargas de que sean dados con alegría e intransigencia revolucionaria. Aunque ya no queda piel sana que cortar en Cuba. Cuba está tan llena de heridas que es una gran herida abierta en la Historia. Una herida que no cicatriza ni cesa de botar sangre y pus. De eso se encargan ustedes también.


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Cada vez que sucede algo que insinúa muy sutilmente que la herida puede sanar un poco, como esa ilusión que fue la “Primavera de Obama” (luego se convirtió en una alucinación, después en desilusión, para finalmente experimentar la disolución absoluta), los generales nonagenarios se lanzan a dar más y más sablazos para mantener fresca la herida. Y luego la orinan, para que arda. Algunos quizás se desconecten un momento las sondas uretrales y descarguen el orine acumulado sobre la herida. Para que duela y aprendan que aquí solo hay sacrificio y hambre para todo el barracón. ¿Qué se creen?

Ahora sobre la herida lo que han echado es combustible, para que se infecte más. Ojalá ardiera y el fuego incinerara los cimientos de la dictadura, pero es demasiado pedir. Como dije, el pueblo motorizado solo atinó a sacar cuentas, a repensar los precios, a contactar funcionarios corruptos. Y cuando los precios del transporte toquen el cielo, tú y tu gabinete se harán los justos y bondadosos, trasladarán la culpa a los choferes y “toparán” los precios, con la imbécil esperanza de que van a manejar por nada, de que renunciarán a las mínimas ganancias con las que alimentan a sus familias.

Ya una vez “se te fue” y entre toda la basura que hablas pediste a los privados que renunciaran a las ganancias. Es decir, que no comieran, que no pagaran sus cuentas, que no vistieran a sus hijos. Como si ya el comunismo hubiera llegado. Trabajen por amor a la Revolución… Ese día te la comiste, pero pocos se dieron cuenta. Ahora volverás a hacer lo mismo, pretenderás que los choferes manejen por nada, por el simple gusto de hacerlo, y que no coman ni arreglen los autos cuando se rompan. Es un círculo vicioso…un círculo de viciosos como tú y Marrero.

Ahí te dejo, disfrutando de tu suerte, gozando ante la sumisión del pueblo. Pero cuidado…el nuevo 11J llegará cuando más relajado estés…

Leo

CARTA 20 A MIGUEL DÍAZ-CANEL POR: LEOPOLDO ÁVILA JR.

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Leopoldo Avila Jr.

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