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OKANTOMI, NUEVO DISCO DE OKAN: TAN LEJOS Y TAN CERCA DE CUBA

OKANTOMI, NUEVO DISCO DE OKAN: TAN LEJOS Y TAN CERCA DE CUBA
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Okantomi, nuevo disco de Okan: Tan lejos y tan cerca de Cuba. Cuba es un lugar al que muchos cubanos nunca regresan cuando emigran, pero a la vez es una fuerza inevitable que condiciona gran parte de sus vidas. El cubano nunca termina de abandonar por completo la isla, y la isla no abandona sus sueños y vigilias.

El dúo Okan, compuesto por Magdelys Savigne (percusión y voz) y Elizabeth Rodríguez (violín y voz), con su cuarto disco Okantomi (Lulaworld Records) explora precisamente este dilema eterno en que se ve envuelto el cubano de la diáspora. El sexto tema del fonograma, titulado “No volví”, según declararon las compositoras, instrumentistas e intérpretes residentes en Toronto, Canadá, “es un ejemplo perfecto de la profunda ambivalencia que sentimos acerca de nuestra patria”.

“En la canción decimos que no volveremos atrás, que ya no lidiaremos con la represión que el gobierno inflige al pueblo de Cuba”, explican Magdelys y Elizabeth, “pero al mismo tiempo sabemos que todo nuestro mundo, todas nuestras experiencias y la forma en que reaccionamos ante ellas están moldeadas por nuestra identidad como cubanas y nuestra herencia afrolatina”.

En este tema participan las vocalistas cubanas Daymé Arocena y Marta Elena, el guitarrista Pablosky Rosales, y el co-compositor Tony Riverón, que se unen para manifestar el dolor que sienten al ver al pueblo de Cuba sufrir bajo la dictadura de Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro. La canción clama por ayuda para defender los derechos humanos en la isla. Elizabeth comentó que escribirla “fue un proceso de curación ya que demostró el nuevo poder que siente la diáspora al hablar de Cuba”, y como lamentable curiosidad, añadió que varios artistas que invitaron no quisieron participar por miedo a las consecuencias que esto pudiera tener para sus familiares que aun residen en el país.

Como Cuba, el panteón afrocubano es otro de los nortes por los que estas dos mujeres se guían al transitar por la existencia, por eso los 9 temas del álbum —“Eshu Nigüe” (Eleggua), “La reina del Norte”, “Okantomi”, “Guerrero”, “Oriki Oshun”, “No volví”, “Preludio y changüí”, “A solas contigo” y “Reina Conga Outro”— confluyen en la intención manifiesta de honrar a estas deidades y lo que significan para sus fieles. 

“El disco comienza con una canción a Eleggua, el santo que gobierna caminos y encrucijadas, y que representa los comienzos”, comenta Elizabeth. “Eleggua tenía que ser lo primero. Otra canción, ‘Oriki Oshun’, está dedicada a mi diosa, a quien se asocia con el amor, la fertilidad y la abundancia. Esa canción fue escrita en un momento en que estaba recién embarazada y todavía lidiaba emocionalmente con un aborto espontáneo reciente. Nació por miedo a perder otro embarazo y en la canción le pido a Oshun para que me proteja. La mayoría de las canciones reflejan el crecimiento personal que, en retrospectiva, podemos ver que ambas hemos experimentado al lidiar con abortos, decepciones y simplemente la lucha general por sobrevivir como artistas”.


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Okantomi también reúne a una pléyade de nuevos dioses de la música cubana contemporánea. Los temas, cuentan, indistintamente, con la colaboración de Daymé Arocena, el guitarrista Elmer Ferrer, el pianista y compositor Miguel de Armas y el bajista Roberto Riverón. Participan además los percusionistas Amado Dedeu García, Reimundo Sosa y Dayan Ogbe Alara, el saxofonista Luis Deniz, Pablosky Rosales, el intérprete e instrumentista Tony Riverón, la intérprete cubana Marta Elena, la intérprete venezolano-canadiense Eliana Cuevas, e instrumentistas canadienses como las violinistas Lara St. John y Sarha DeNiverville, la flautista Anh Phung y la chelista Kathryn Knowles.

Esta variada composición musical convierte a Okantomi en un armónico espacio de confluencias melódicas de sino afrocubano —cantos y ritmos sagrados de Lacumi—, de naturaleza jazzística y clásica. Elizabeth Rodríguez abunda sobre esta lógica a partir de la concepción del tema “La reina del norte”, que fue el primero compuesto para el fonograma. 

“Se me ocurrió la línea de violín mientras actuaba en un festival de música clásica el año pasado. Quería mezclar nuestra formación en música clásica con estilos populares de nuestra patria cubana”, comenta, añadiendo que “en la escuela en Cuba, nos disuadían de tocar música que la institución consideraba popular o de la calle”. 

“Tocar tres cuerdas al mismo tiempo en el violín es bastante difícil por sí solo. ¡Hacerlo bailando y moviendo el trasero, es aun más difícil! La canción resalta el género de la conga santiaguera de Cuba, permitiéndonos cumplir la misión que nos hemos propuesto de preservar y celebrar las formas tradicionales cubanas, al tiempo que reinventamos este género en particular y le damos un toque moderno a través de las líneas de sintetizador, el violín y la instrumentación”, detalla Elizabeth.

La letra del tema que titula el disco, “Okantomi”, está además escrita en spanglish, y “es una expresión honesta de las frustraciones que pueden experimentar los recién llegados a un país porque son nuevos en la cultura”, explica el duo, enfatizando en la naturaleza mixta pero a la vez cubana del disco. 

https://www.youtube.com/watch?v=ntI24mWN6A0&pp=ygUGI29rYW5p

https://www.youtube.com/watch?v=XLxrJereUog

 

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