SOLO 1 DE LAS 6 LANCHITAS REGLAS SE ENCUENTRA EN FUNCIONAMIENTO, SEGÚN EL MINISTERIO DE TRANSPORTE DE CUBA
Solo 1 de las 6 lanchitas de Regla se encuentra en funcionamiento, según el ministerio de transporte de Cuba. El transporte en Cuba atraviesa una situación crítica, evidenciada por la crisis en la afamada lanchita de Regla, la cual es un importante medio de transporte para los habitantes de los asentamientos en la Bahía de La Habana.
Según el Ministerio del Transporte, de las seis embarcaciones de pasajeros disponibles, solo una está operativa, realizando 30 viajes diarios, mientras que las otras cinco están fuera de servicio debido a problemas técnicos.
El ministro Eduardo Rodríguez Dávila anunció medidas para abordar la crisis, incluyendo la contratación de tres motores nuevos y un juego de reparación adicional, con el objetivo de acelerar las reparaciones de las lanchas.
Se espera que para fines de abril una segunda embarcación esté en funcionamiento, seguida por una tercera después del verano y otras dos a principios de 2025.
Sin embargo, la situación de la sexta lancha es más grave, y su alistamiento se extenderá hasta el próximo año debido a problemas técnicos y de completamiento.
Como medida temporal, se pondrá en servicio la lancha de auxilio para restablecer los recorridos nocturnos suspendidos.
Además, se están llevando a cabo reparaciones parciales en los muelles utilizados para el servicio, incluyendo el Muelle de Luz y el emboque de Regla, así como otras inversiones para mejorar las condiciones operativas.
Se busca colaboración internacional para adquirir embarcaciones adicionales, evidenciando la incertidumbre en torno al problema.
El ministro reconoce que servicios similares en diferentes bahías del país enfrentan iguales dificultades debido al período de explotación de las embarcaciones sin el adecuado mantenimiento.
La crisis en el transporte en Cuba se atribuye a la escasez de combustible y al deterioro generalizado de los medios de transporte, incluyendo automotores, ferroviarios, fluviales y aéreos.
La situación requiere soluciones a largo plazo para garantizar un transporte seguro y eficiente para los ciudadanos de la mayor de las Antillas.
