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YESENIA SELIER POR YESENIA SELIER: “ENTENDER LO CUBANO EN MOVIMIENTO”

YESENIA SELIER POR YESENIA SELIER: “ENTENDER LO CUBANO EN MOVIMIENTO”
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Yesenia Selier por Yesenia Selier: “Entender lo cubano en movimiento”. La desaparición física de una persona detona entre sus conocidos, colegas, redactores de obituarios ocasionales, y personas curiosas —motivadas por el signo de la muerte a conocer la vida recién extinta— un momentáneo repaso de las memorias construidas de manera conjunta con quien dejó de estar. La mayoría de los recuentos luctuosos se escriben en primera persona. El yo del narrador prima por encima del “él o ella” referido. Es un acto ególatra inconsciente la mayoría de las veces.

La muerte repentina de la investigadora, promotora, bailarina, actriz y performer cubana Yesenia Fernández Selier el pasado domingo 22 de octubre provocó muchas expresiones de cariño y dolor entre sus amigos y familiares. Fue un deceso inesperado, la última noticia que pudiera conocerse ese día. Partió por decisión propia.

El mejor homenaje quizás sea convertirse en eco de su voz ya pasada, volver sobre las ideas, principios y posturas socioculturales de esta mujer, dedicada casi toda su vida a entender lo afrocubano y a entenderse como afrocubana. Así no se recuerda una sombra, sino se revalida un pensamiento sin caducidad.   

En una entrevista concedida hace poco más de un año a Maikel Pons Giralt para el medio semi oficialista OnCuba News, Selier, residente en los EE.UU desde 2004, refrendó: “nunca he dejado a un lado mi cubanía. Además, he colocado siempre mi atención, mi interés, mi seguimiento y compromiso como investigadora y artista en representar a Cuba con el objetivo no sólo de compartir la cultura cubana, sino de expandir nuestra audiencia y ampliar el entendimiento que existe sobre lo cubano. Creo que una de las cosas más poderosas que me ha dado también estar fuera de Cuba ha sido entender lo cubano en movimiento, yo creo que eso es parte del trabajo que he estado haciendo”.  

El vasto currículum de Yesenia abarca múltiples colaboraciones con artistas como Teresita Fernández, Coco Fusco, April Yvette Thompson, Ivan Acosta, Septeto Nacional de Cuba, Jane Bunnett, Melvis Santa, Venissa Santi, Wynton Marsalis, Chucho Valdés,  Pedrito Martínez y Roman Díaz; y una minuciosa carrera en el mundo académico, con estudios en el programa doctoral Media, Cultura y Comunicación en la Universidad de Nueva York (NYU), sucedidos por una maestría en Artes y Estudios Latinoamericanos y Caribeños por la propia (NYU), y su trabajo como manager en Religiones Afro-Globales en el Smithsonian National Museum of African Art. En Cuba había integrado la nómina de investigadores del Instituto Juan Marinello.

Otra entrevista publicada una década atrás por Sandra Abd’Allah, amiga y condiscípula, en el mismo medio, buscó con la primera pregunta que Selier resumiera quién era ella para sí misma, a lo que respondió: “Para Yesenia, Yesenia es una Guerrera Espiritual, una criatura siempre contemplando la frontera de lo que no se ha hecho todavía”. 

“Una persona profundamente comprometida con el cambio, dispuesta a tener conversaciones incómodas. He intentado una par de veces de responder a las demandas del contexto pero al fin he comprendido que el único costo que no estoy dispuesta pagar es el de sacrificar mi autenticidad. Desde ella siempre me mantengo ocupada e inspirada y expandiéndome intelectual y espiritualmente”, comentó.

“Desde el punto de vista investigativo, me ha interesado muchísimo entender la dinámica de los afrocubanos fuera de Cuba”, le expresaba 9 años después a Pons Giralt, “ha sido el eje central de mi trabajo en los Estados Unidos”. 

Su indagación principal se enfocó en “cómo el baile cubano se convirtió en un fenómeno transnacional. Me interesaba conocer cómo el baile cubano se reveló en algo reconocible internacionalmente, y además cómo empezó a participar de las industrias culturales fuera de Cuba. Fue un trabajo en cierto modo anticanónico, pero me ayudó de alguna manera a identificar mi especialidad, hoy me satisface decir que soy una etnógrafa del baile”, agregando que este “estudio me ayudó a desarrollar mi propia metodología observando el momento de bailar, tan común pero tan íntimo, como un texto que nos informa sobre la historia, la identidad, la política y las transformaciones sociales”.

“Mucho de mi crecimiento intelectual, de mi entendimiento de las filosofías y las epistemologías africanas, se ha profundizado a través de mi pedagogía del baile”, aseveró Selier entonces. “Y esta interrelación es la que singulariza mi labor de enseñanza artística, pues me permite brindar aproximaciones desde la historia, la cultura, la filosofía, y eso a las personas que participan en mis talleres artísticos les resulta una experiencia particularmente interesante. Por ello considero que no existe un divorcio entre mi práctica artística y mi práctica académica”.

Su muerte interrumpió una tesis doctoral con la que buscaba “responder preguntas que quedaron de esa primera investigación. Específicamente intento entender cómo se desarrolla el lenguaje comercial que empieza a convenir qué cosa es lo negro pero sin ser lo negro; de dónde sale este lenguaje, esta serie de convenciones a nivel de performance…”

Desde su consecuente práctica teórica y creativa, Yesenia Selier concibió espectáculos concentrados en la historia y la identidad afrocubana como Women Orishas, (2013), presentado en Miami, Cuba en Clave (2014), estrenado en Nueva York y Día de Reyes (2015), una procesión-performance que buscaba la interacción de los públicos con la escultura Fata Morgana, de la autoría de Teresita Fernández y que se levanta en Madison Square Park. En este mismo espacio desarrolló el performance Oshun-Inform (2016). El Queens Museum acogió Love Vibration (2017), y el Kennedy Center for the Performing Arts fue el escenario en el que montó Nigra Suns (2018). Cachita (2019) tuvo lugar en la Association of Performing Arts Professionals (APAP), en Washington DC.

En la entrevista realizada por Abd’Allah, Yesenia Selier evidenció la armónica mezcla de espiritualidad e intelecto que era. “Una de las grandes dichas de mi vida es haber sido iniciada religiosamente por Victor Betancourt que es uno de los intelectuales fundamental del Culto de Ifa”, comentó. “Editando su trabajo capté un mensaje muy importante que subyace en mi obra, de repensar la práctica más allá de las transformaciones que la esclavitud y la sociedad colonial le impusieron”.

”Oya, Yemaya y Oshun las muchas historias individuales que ellas sintetizan, representan mujeres con una agencia política y económica, que Occidente negó a las mujeres hasta el siglo XX”, aseveró entonces. “Creo que el contexto económico y político y la gradación de competencia socio-económico en función del género, fue algo que marcó profundamente a las comunidades negras y produjo formas de exclusión que no existían en África. ¡El Epke del cual emana el Abakua en el Calabar establece allá también agrupaciones femeninas! En Nigeria las mujeres tocan tambores bata. He observado que muchas funciones mágico-religiosas en que la mujer está excluida, están centradas a feminizar al hombre, a hacer que mágicamente adquiera un poder que solo una mujer tiene. Las contradicciones que veo en el plano religioso me estimulan a leer entre líneas, pues en ellas se sedimentan fragmentos de la historia social de los afrocubanos, no documentadas todavía.”

Ha hablado Yesenia Selier. Y seguirá hablando y enseñándonos…

https://oncubanews.com/cuba/yesenia-selier-entender-lo-cubano-en-movimiento-i/

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