Seleccionar página

MOVIMIENTOS EN EL “BULLPEN” CULTURAL OFICIALISTA CUBANO, POSIBLE APERTURA PARA UNA PARTIDA MÁS LARGA

MOVIMIENTOS EN EL “BULLPEN” CULTURAL OFICIALISTA CUBANO, POSIBLE APERTURA PARA UNA PARTIDA MÁS LARGA
<span class="bsf-rt-reading-time"><span class="bsf-rt-display-label" prefix="Tiempo de lectura"></span> <span class="bsf-rt-display-time" reading_time="3"></span> <span class="bsf-rt-display-postfix" postfix="mins"></span></span><!-- .bsf-rt-reading-time -->

Movimientos en el “bullpen” cultural oficialista cubano, posible apertura para una partida más larga. Los recientes enroques, desplazamientos y remociones de funcionarios de la alta administración cultural del régimen castrista como Fernando Rojas, viceministro casi vitalicio de Cultura y Luis Morlote, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), además de otras ejecutivas más opacas como Kenelma Carvajal, pudiera ser la punta de un iceberg que se iría revelando poco a poco en los próximos meses.

Contrario al significado original de la palabra Revolución, en la “revolución” de Fidel Castro (del Partido, con el Partido y por el Partido) todo ocurre en calma, cuando ya las aguas apestosas del desastre les ensucian las narices a los sirvientes y oportunistas de turno. 

El arte, relegado al departamento de asuntos sin importancia del régimen desde que el inculto y severo Raúl Castro asumió el poder, podría ser un territorio útil para hacer una prueba piloto, que de funcionar para los esbirros, pudiera extenderse a otras áreas del gobierno de Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Podría llegar incluso a tocarle al “puesto a dedo” ser “quitado a dedo” y sustituido por alguien más apreciado por la casta militar nonagenaria que rige al país en las sombras, como una junta militar estilo Argentina. O sencillamente alguien no tan “quemao” como el Canelo, que no debe ser respetado ni por la esposa.

En este torpe y cauteloso ajedrez, Fernando Rojas fue movido solo una casilla. De viceministro pasó a “asesor”, “consejero” o “chambelán” del inepto ministro Alpidio Alonso, que debe estar ya en capilla ardiente y es muy probable que este año se despida del cargo y sea apartado lejos del Ministerio. Lo volverán a indemnizar con alguna “botella” en alguna institución cultural, pues siempre ha sido un funcionario desechable. Rojas no tanto.

La tal Kenelma, pues muchos se enteraron de que existía cuando se anunció su remoción como viceministra. Era una simple sirvienta del poder, sin méritos intelectuales ni artísticos, muy probablemente poco culta, y no deberemos escuchar más de ella en lo que queda de historia de Cuba. Se diluirá en las aguas turbias del Comité Central del Partido Comunista único, quizás sirviendo café a los jefazos, o viajando bajo  sus órdenes a cumplir misiones más oscuras aún. De las nuevas viceministras, no vale la pena hablar. Son de cartulina de la mala. Válvulas de escape, peones que serán sacrificados para tomar el centro del tablero. 

De Morlote, por desgracia, hay grandes probabilidades de que siga apareciendo en la palestra cultural cubana. Es un escalador profesional, aunque su ascenso al poder se ha visto retardado por varios “incidentes”, sucedidos sobre todo durante su presidencia de la Asociación Hermanos Saíz, por ser descuidado y enamoradizo de algunos de sus subordinados que terminaron utilizándolo, traicionándolo o simplemente dándole las espaldas. Fue castigado sutilmente, vedándole la llegada expedita al cargo de Ministro, al que siempre ha aspirado. Además, tampoco era lo suficientemente “viejo” como para ser aprobado por los nonagenarios. Ya cerca de los 50, tiene dos caminos probables ante él: o presidir el Departamento Ideológico del Partido o sustituir a Alpidio al frente del Ministerio, y trabajar codo con codo con Rojas, con el que siempre ha tenido una estrecha complicidad, desde los tiempos de la AHS.

Este movimiento tendría un extra vengativo para Morlote, que nunca ha comido con Alpidio en el mismo plato, desde que fuera su vicepresidente en la AHS a inicios del siglo XXI. Aunque bastante disimulada, su homosexualidad nunca fue aceptada por el piquete machista y homófobo al que pertenece Alonso. Y quizás por eso no termine tampoco frente al Departamento ideológico del PCC.

Es más probable que ocupe la silla en el Ministerio, para desempeñar el papel de “policía bueno” que siempre ha preferido. Nótese su poca relevancia desde los acontecimientos del 27 N en adelante. Nunca ha dado manotazos a los teléfonos, nunca ha comparecido en los medios oficialistas para atacar directamente a los intelectuales disensores. Tampoco ha hecho nada para defenderlos pero logró estar bastante fuera de la mirilla. 

Esto responde a una vocación foucheísta con la que piensa sobrevivir al eventual colapso del régimen, y salvarse. Quizás hasta conseguirse un carguito en el nuevo gobierno que venga. Para eso estará Fernando Rojas, para seguir interpretando al “policía malo” que tan bien le quedaba junto al enloquecido y segregado Abel Prieto.  

Los cambios referidos, como decía, pueden ser solo la apertura de una partida más larga y escabrosa, que implicará un retorcido “relevo”, inevitable pero inviable como solución a una crisis socioeconómica y política que depende del sistema que la engendró. Solo comenzará a desaparecer con la extinción definitiva del castrismo.

 

EL MISMO PERRO CON DISTINTO COLLAR: El MINISTERIO DE CULTURA ANUNCIA “QUITA Y PON” DE VICEMINISTROS

Sobre el Autor

Editorial

Editorial

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *